¿Te ha pasado alguna vez que hay personas que cuando se dirigen a ti te producen inseguridad? ¿Qué te sientes pequeñ@ y parece que tienen un poder sobre ti? Estas personas pueden ser algún familiar, tu jefe, algún compañero de trabajo, un vecino o hasta un trabajador del supermercado…
Bueno, como a todos nos ha pasado alguna vez que hay alguien que nos intimida, hoy vamos a practicar un ejercicio para conseguir superar estas sensaciones y tener el control de la situación.
Normalmente, siempre que recordamos algo que nos ha sucedido utilizamos representaciones de nuestros sentidos, es decir, recordamos lo que vimos, lo que escuchamos, lo que sentimos internamente y externamente, lo que olimos o saboreamos… Ésto son modalidades y normalmente nos fijamos en tres, la visual, la auditiva y la cenestésica.
Debes tener en cuenta, que cuando recuerdas algo, no estás recordando exactamente lo que sucedió sino que recuerdas la representación que tu mente hizo de lo que pasó:
«Recuerdas lo que tú recuerdas que pasó, filtrado a través de tus creencias».
Así que esto es una herramienta que nos puede ser muy útil para cambiar nuestros recuerdos y así, dar o quitar poder a lo que recordamos. Vamos a probar y nos centraremos en el contenido de lo que recuerdas.
Piensa en una persona o situación que te incomoda, por ejemplo tu jefe. Observa tu recuerdo, ¿cómo es? A veces imaginamos a la persona más grande, más fuerte, con un entorno hostil, oscuro, tétrico,… Y podemos cambiar, uno a uno, los elementos irreales de nuestro recuerdo para que jueguen a nuestro favor.
Concéntrate en su cara y ponle una nariz de payaso. ¿Qué aspecto tiene ahora? ¿Cómo te sientes tú? Ahora ponle ropa de payaso también, o de bebé,… ¿Verdad que ahora da menos miedo?
También podemos hacerlo con otras modalidades, por ejemplo con la auditiva. Si es su voz que te incomoda o molesta le puedes cambiar la voz. Acelerarla y subir el volumen como si hubiera aspirado helio o ralentizarla y hacerla profunda como Barry White…
Y hasta puedes usar esta técnica para darte más fuerza a ti cuando tengas que relacionarte con personas que te incomodan. Cambia tu propia cenestesia, es decir, hazte más fuerte, más alto, más corpulento,… Imagínate que eres Hulk y tu «adversario» es pequeño, tan pequeño como una hormiga,… ¿Te sientes más poderoso para afrontar esa situación ahora? Si lo aplicas a un recuerdo, ¿lo ves ahora menos terrorífico?
Recuerda que puedes darle uso a tu imaginación y ponerle nariz de payaso, con un peinado horrible, vestido con ropa del sexo contrario, con bigote divertido,… O cámbiale la voz a lo pato Donald, o como un pitufo, que tartamudee,… Puedes cambiar el entorno con un paisaje muy bonito, o ponerle cara de animal,… Prueba y busca lo que te ayude y te sea más fácil. Y recuerda que cuanto más las utilices, más fácil te resultará usarlas luego…
¿Qué puedes hacer hoy? *
Recuerda personas o situaciones en las que te has sentido incómodo y prueba de modificar estos recuerdos.
Ahora piensa en situaciones futuras en las que te puedas sentir incómodo y prueba de preparar la situación imaginándola de otro modo, más divertida, más bonita,… que te ayude a sentirte bien.
Y practica, practica, practica.
— No te creas nada de lo que leas. Primero piénsalo, pruébalo y si te sirve, quédatelo. —